Nada mas amanecer nos pusimos en marcha, queríamos alejarnos lo mas
pronto posible de aquel sitio, no se porqué pero los dos coincidíamos en que
algo allí nos daba “mal rollo”, así que cargamos nuestras bicis de nuevo y
salimos en busca de algún sitio donde conseguir una sensación de tranquilidad,
no se si lo conseguiremos...
-He estado pensando en lo que vi- le dije a Esther,-y ya te digo que
aquello no era un perro...demasiado grande y demasiados dientes, y por aquí no
creo que haya animales salvajes como osos, leones, etc...A no ser que se
hubiesen escapado de un zoo...pero aunque estaba muy oscuro, nunca había visto
algo tan grande y con tantos dientes.-
-Ni lo se ni lo quiero saber, creo que aun no me he recuperado del
susto como para asustarme con que animal nos atacó...-
-Perdona Esther, no quería molestarte, no era mi intención-
-Ya, ya lo se pero... ¿eh que es eso? ¿No es sangre?- dijo Esther
señalando al suelo.
Miré hacía donde señalaba Esther y ciertamente había un reguero de
sangre, saqué una de mis espadas de mi espalda y me dirigí hacia el rastro de
sangre,-Tony, ¿crees que es una buena idea?-me dijo ella con voz temblorosa,-No
lo se pero, creo que tengo que hacerlo- -Vale pero yo no me quedo sola, voy
detrás tuya-, y así seguimos los dos el camino manchado de sangre, y al llegar
a una esquina nos encontramos con un espectáculo dantesco, había dos perros
muertos y un poco mas allá un chico tirado en el suelo sin más ropa que unos
pantalones hechos jirones, nos acercamos rápidamente y vimos que estaba lleno
de mordiscos y zarpazos, pero aún seguía respirando aunque parecía desmayado.
Era un chico rubio, alto y musculoso, llevaba una placa al cuello, tipo
militar, Miguel Povedilla Ascarte ponía, estaba leyéndola cuando de repente
abrió los ojos.
-¿Quién sois? ¿Qué hacéis aquí?-
-Tranquilo Miguel, vamos a curarte las heridas, mi amiga es enfermera
y...-
-¡¡Noooooo fuera de aquí!! ¡¡Marchaos!! ¿¿No veis que pronto se hará
de noche??- dijo gritando.
-Tranquilo, ya buscaremos algún sitio seguro, no te preocupes-
-¡¡Es tarde!! ¡¡Marchaos!! ¡¡marchaaaaaaAAARRGGGHHHH!!
El cuerpo de Miguel empezó a convulsionarse, y vi una cosa que jamás
pensé que vería fuera de una película de terror, él cuerpo de Miguel empezó a
mutar, los músculos empezaron a hacerse mas grandes y a llenarse de un vello
negro y espeso, y la mandíbula se le dislocó, soltando unas babas blancas como
cuando a los perros les entra la rabia, y empezaron a brotarle unos dientes
enormes y afilados...
-¡¡ Dios!! Esa mandíbula...¡¡Esther corre!! ¡¡CORRE!!-