tengo que estrangular mis ganas
de escribirte un whatsapp y decirte ¿que tal estás?
Que aún recuerdo esos lunares
que adornaban tu escote,
tu cara, tu risa, tu forma de mirarme...
Llenaste mi corazón de arena y cristal
que lo araña y hiere cuando algo o alguien
quiere hacerlo sentir nuevamente,
pero no te preocupes, no te guardo rencor,
cómo hacerlo si tú me hiciste
ser igual y la vez diferente,
abriste mis fronteras en mi cuerpo y en mi mente..
Ahora ya no queda nada,
tan solo me abraza el viento
y la almohada me besa en la frente,
sólo queda un alma vacía con una mueca sonriente...