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viernes, 28 de noviembre de 2014

el espejo




Jesús siempre fue un niño muy imaginativo, de los que creaban mil mundos en su cabecita, y siempre le gustaron los espejos, para el, un espejo no era algo que reflejase su imagen, para el, el otro lado del espejo era un mundo aparte, cuantas veces se habrá agachado de repente para ver si pillaba a su reflejo desprevenido y comprobar así que el tenía razón...pero eso nunca pasó...

Hoy Jesús cumple 30 años, está casado y tiene dos hijas gemelas que son, nunca mejor dicho, las niñas de sus ojos. Y como es festivo ha decidido darse un homenaje y pasear por el mercadillo de su barrio, un lugar que siempre le ha gustado, desde pequeño que iba con su madre y el se perdía entre trastos y cachivaches viejos mientras su madre compraba fruta y verduras, porque su madre ya se había resignado a que en el mercadillo, su hijo no podía estar quieto a su lado, y como siempre fue un niño responsable, en vez de prohibirle moverse de su lado, le decía que a la 13:30 le esperase en la parada del autobús, eso si, “ni un minuto más ni un minuto menos o ya sabes el castigo que te espera!!” y si, Jesús sabía que si a la una y media en punto no estaba en la parada del autobús para ayudar a su madre, ella le quitaría todos sus tebeos y libros durante dos días, que para el eran como dos años más o menos, y no le apetecía mucho la verdad, por eso ponía la alarma a la 13:20 en el Casio que le regaló el abuelo por navidad, cuantas veces le habrá “salvado la vida” según el...

Jesús paseaba mirando todos los trastos expuestos, una maquina de escribir Lettera con dos teclas menos, películas VHS, vinilos antiguos, una figurita que según el vendedor era de Lladró, sellos, etc. . Jesús disfrutaba de todo eso, el tiempo pasaba volando, quería comprarse algo, pero hoy no había encontrado nada interesante, así que ya se disponía a irse cuando algo le llamó la atención poderosamente, un antiguo espejo de cuerpo entero, Jesús nunca había visto algo tan bonito en su vida, un espejo donde poder mirarse de arriba abajo, con un marco de madera labrado y dorado, el espejo tenía ciertas partes amarillentas pero en general estaba en muy buen estado. Después de regatear con el vendedor, lo consiguió a un precio bastante razonable, más de lo que el hubiese esperado.

“¿Ya la has liado de nuevo Jesús? ¿Donde vamos a poner ese trasto? ¡¡Si no pega con nada de la casa!! Si es que no se te puede dejar solo eh?” le dijo su mujer al llegar a casa, como dándole una bronca pero sonriendo, conocía a su marido “como si lo hubiese parido” y además sabía que no podía enfadarse en serio con el, “Ay déjame Andrea, un día es un día, de momento lo llevo al dormitorio y luego ya veremos...”.

Jesús limpió el espejo del polvo amarillento del mercadillo, sacando todas las partículas de entre los recovecos del labrado marco con un pincel, y una vez terminado se echó hacía atrás para ver el resultado, el marco era precioso y el espejo enorme, pero le llamó la atención unas rajas en el cristal que por la mañana no había visto, y al acercarse a comprobar los daños pasó algo que nunca hubiese imaginado, ¡su reflejo le sonrió!! De la sorpresa dio un paso atrás, su talón tropezó con la alfombra, notó un fuerte golpe en la cabeza, un ruido de cristales rotos y perdió el conocimiento. Al despertar lo primero que hizo fue tocarse la cabeza, “auch, tengo un chichón enorme pero no tengo sangre”, aunque notaba algo raro, “¿la cómoda no estaba a la derecha?”  pero recordó el ruido y fue a ver que le había pasado al espejo, para su sorpresa no estaba roto pero...¡su imagen no se reflejaba!!, se veía toda su habitación pero su reflejo no estaba, de repente vio como se abría la puerta del dormitorio y entraba su reflejo, totalmente manchado de sangre y con un cuchillo en la mano, se acercó al espejo y volvió a sonreír con su sonrisa malvada, a Jesús empezó a darle vueltas la cabeza y volvió a desmayarse, cuando despertó lo hizo en un calabozo, según la prensa local, un vecino ejemplar, victima de un ataque de locura transitoria, mata a su esposa e hijas a puñaladas ensañándose con ellas y se encierra en su habitación donde lo encuentra la policía acostado entre cristales rotos...
Jesús sigue encerrado en la prisión de máxima seguridad, tratado por psiquiatras y medicado, sin saber porqué mató a su familia, ni porqué tiene fobia a los espejos... 
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